Carta de O.N.G. Matices Sociales a Directora Diario La Estrella de Valparaíso.
Valparaíso, 12 de Marzo 2015
Marcela Küpfer Collao
Directora Diario La Estrella de Valparaíso
Como ONG Matices Sociales, hacemos llegar nuestra indignación frente a la nota publicada en el Diario La Estrella de Valparaíso, con fecha 11/03/2015, página 5, en donde se ironiza y degrada la violación vivida por una mujer - y agravando aún más la situación- se trata de una menor de edad, propendiendo a una re-victimización. Consideramos que el titular “Friolento abuso de lolita en fiesta de cumpleaños” es aberrante, dado el delito de violencia y violación sexual. Se suma a lo anterior, el texto en donde se menciona que: “el frescolin (….)”, la connotación del lenguaje enunciado, su significatividad, degrada no sólo a la víctima, sino que también normaliza prácticas sociales que lamentable están institucionalizadas en nuestra sociedad, dando cuenta que los hombres no están cometiendo un delito al abusar de una mujer, sino que sólo son “frescolines”. Por lo tanto, la función básica de información del Diario no se lleva a cabo, y ejerce juicios de opinión que naturalizan el acto de violencia de género.
Manifestamos nuestro repudio ante la nota publicada considerando que son medios de comunicación masiva y como tal deben presentar la noticia a la opinión pública desde su principio básico: información lo más objetivamente posible. Solicitamos a la brevedad disculpas públicas del Diario La Estrella, particularmente, hacia la menor afectada y hacia la comunidad en general.
Equipo ONG Matices Sociales
Don Manuel Zamora, exponente del canto a Lo Humano y Lo Divino
Ong Matices Sociales está apoyando a Don MANUEL ZAMORA "Cantor a lo Humano y lo Divino" de la comuna de Nogales, en su postulación como Tesoro Humano Vivo, un concurso del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, que salvaguarda el patrimonio inmaterial del nuestro país.
SU BIOGRAFÍA
Don Manuel Zamora Estay, oriundo de la comuna de Nogales, especialmente de la localidad rural de Collahue, cultiva el oficio de cantor a lo humano y lo divino desde los 5 años de edad, su padre, Don Modesto Zamora y su tío Máximo Zamora fueron sus maestros, de los cuales heredó melodías y versos que atesora en cuadernos escritos de su puño y letra.
En su niñez aprendió a recitar versos, los cuales exponía frente a los asistentes de las Fiestas de la Trilla a Yegua Suelta y reuniones familiares. Con el tiempo se instruyó en la guitarra traspuesta y en la creación de sus propias décimas. Durante su juventud acompañó a su padre a cantar a los angelitos (cantos en funerales de niños) y a festividades religiosas de la zona. Desde el año 1973 a 1985 no realizó presentaciones públicas, dada la prohibición de las reuniones y temáticas subversivas en la época de la dictadura militar. Sin embargo, siguió cultivando su oficio escribiendo versos y cantando en reuniones clandestinas junto a sus amigos y familiares.
Sólo a finales de la década de los 80 pudo retomar las presentaciones públicas del canto a lo humano y lo divino, gracias al incentivo del Sacerdote Miguel Jordá, quién quiso reactivar esta tradición popular en esta zona campesina. Desde esa fecha participa activamente de las festividades religiosas de la Región de Valparaíso, algunas de ellas son Fiesta de la Virgen de Petorquita (Hijuelas); Fiesta Virgen de Pachacamita (La Calera); Fiesta Virgen de Pocochay (La Cruz); Fiesta Virgen del Carmen de Romeral (Hijuelas); Fiesta del Niño Dios en las Palmas de Alvarado (Olmué); Fiesta Virgen de Villa alemana; Fiesta de la Virgen en Valle Hermoso de La Ligua, Casa de Piedra y otras localidades del entorno. También ha viajado a otras regiones para presentar su canto.
LA HISTORIA DEL CANTO A LO HUMANO Y LO DIVINO
El canto a lo humano y lo divino, también conocido como canto a lo poeta, es una expresión musical con larga tradición y arraigo en los sectores campesinos del Valle Central de Chile. Su nombre se debe a las temáticas o fundamento - también conocido como “fundao”- que versan los cantores.
Respecto al origen de esta manifestación en nuestro país, éste se remonta a la colonización Española en América, en el siglo XVI, donde los Jesuitas introdujeron las décimas y cantos como una forma de evangelizar a los pueblos indígenas, de este modo, la Biblia se enseño a través de este cántico particular. El sacerdote Miguel Jordá, un reconocido investigador de esta tradición, señala que si bien la Décima nació en España, el Canto a lo Divino se originó en Chile, lo que constituye una tradición exclusiva de esta tierra.
El canto a lo divino corresponde a una manifestación musical con temáticas religiosas, donde se canta a Dios, la Virgen, los santos y personajes bíblicos en festividades religiosas y funerales de niños, “conocido como el canto a los angelitos”. Mientras que el canto a lo humano se refiere a versos sobre temáticas del mundo cotidiano, el amor, la vida, acontecimientos políticos y desastres naturales, entre otros, lo que da cuenta de un compromiso social por parte de estos cultores.
La derivación hacia el canto a lo humano se debió a que entre los españoles que llegaron a América venían trovadores y juglares que suplieron los textos religiosos por temáticas “profanas”, manteniendo el mismo estilo musical y literario. No existe una rivalidad entre ambos cantos, más bien son complementarios, y en general, todo cantor a lo divino es cantor a lo humano y viceversa. Aunque algunos demuestren mayor inclinación por una temática que otra. Del canto a lo humano se derivó lo que hoy conocemos como “payas”, considerada actualmente como la poesía tradicional chilena.
El rol social y cultural del canto a lo humano y lo divino radica en la conservación de la memoria histórica de los pueblos, rescatando tradiciones y contando acontecimientos sociopolíticos desde una visión campesina y rural. También rescatan la tradición religiosa de los pueblos, donde se le pide a Dios y la Virgen que resguarde la tierra, sus habitantes y envíe prosperidad.
Los versos aprendidos de memoria, siendo transmitidos de generación en generación, pues la mayoría de los cantores aprenden este oficio de sus padres y abuelos. Lo mismo sucede con los acompañamientos en guitarra, ya que son técnicas que están enraizadas en la tradición de un territorio en particular y que son transmitidas de manera oral entre maestro y discípulo. De este modo, los cantores a lo humano y lo divino recogen un legado histórico que puede perderse, sino se resguarda correctamente.
Autora: Lilian Meneses Plaza. Directora Proyectos Culturales y Patrimoniales ONG Matices Sociales.
Agradecimientos a: Servicio País Cultura Nogales y Agrupación Cultural Voce Eternam de El Melón.
SU BIOGRAFÍA
Don Manuel Zamora Estay, oriundo de la comuna de Nogales, especialmente de la localidad rural de Collahue, cultiva el oficio de cantor a lo humano y lo divino desde los 5 años de edad, su padre, Don Modesto Zamora y su tío Máximo Zamora fueron sus maestros, de los cuales heredó melodías y versos que atesora en cuadernos escritos de su puño y letra.
En su niñez aprendió a recitar versos, los cuales exponía frente a los asistentes de las Fiestas de la Trilla a Yegua Suelta y reuniones familiares. Con el tiempo se instruyó en la guitarra traspuesta y en la creación de sus propias décimas. Durante su juventud acompañó a su padre a cantar a los angelitos (cantos en funerales de niños) y a festividades religiosas de la zona. Desde el año 1973 a 1985 no realizó presentaciones públicas, dada la prohibición de las reuniones y temáticas subversivas en la época de la dictadura militar. Sin embargo, siguió cultivando su oficio escribiendo versos y cantando en reuniones clandestinas junto a sus amigos y familiares.
Sólo a finales de la década de los 80 pudo retomar las presentaciones públicas del canto a lo humano y lo divino, gracias al incentivo del Sacerdote Miguel Jordá, quién quiso reactivar esta tradición popular en esta zona campesina. Desde esa fecha participa activamente de las festividades religiosas de la Región de Valparaíso, algunas de ellas son Fiesta de la Virgen de Petorquita (Hijuelas); Fiesta Virgen de Pachacamita (La Calera); Fiesta Virgen de Pocochay (La Cruz); Fiesta Virgen del Carmen de Romeral (Hijuelas); Fiesta del Niño Dios en las Palmas de Alvarado (Olmué); Fiesta Virgen de Villa alemana; Fiesta de la Virgen en Valle Hermoso de La Ligua, Casa de Piedra y otras localidades del entorno. También ha viajado a otras regiones para presentar su canto.
LA HISTORIA DEL CANTO A LO HUMANO Y LO DIVINO
El canto a lo humano y lo divino, también conocido como canto a lo poeta, es una expresión musical con larga tradición y arraigo en los sectores campesinos del Valle Central de Chile. Su nombre se debe a las temáticas o fundamento - también conocido como “fundao”- que versan los cantores.
Respecto al origen de esta manifestación en nuestro país, éste se remonta a la colonización Española en América, en el siglo XVI, donde los Jesuitas introdujeron las décimas y cantos como una forma de evangelizar a los pueblos indígenas, de este modo, la Biblia se enseño a través de este cántico particular. El sacerdote Miguel Jordá, un reconocido investigador de esta tradición, señala que si bien la Décima nació en España, el Canto a lo Divino se originó en Chile, lo que constituye una tradición exclusiva de esta tierra.
El canto a lo divino corresponde a una manifestación musical con temáticas religiosas, donde se canta a Dios, la Virgen, los santos y personajes bíblicos en festividades religiosas y funerales de niños, “conocido como el canto a los angelitos”. Mientras que el canto a lo humano se refiere a versos sobre temáticas del mundo cotidiano, el amor, la vida, acontecimientos políticos y desastres naturales, entre otros, lo que da cuenta de un compromiso social por parte de estos cultores.
La derivación hacia el canto a lo humano se debió a que entre los españoles que llegaron a América venían trovadores y juglares que suplieron los textos religiosos por temáticas “profanas”, manteniendo el mismo estilo musical y literario. No existe una rivalidad entre ambos cantos, más bien son complementarios, y en general, todo cantor a lo divino es cantor a lo humano y viceversa. Aunque algunos demuestren mayor inclinación por una temática que otra. Del canto a lo humano se derivó lo que hoy conocemos como “payas”, considerada actualmente como la poesía tradicional chilena.
El rol social y cultural del canto a lo humano y lo divino radica en la conservación de la memoria histórica de los pueblos, rescatando tradiciones y contando acontecimientos sociopolíticos desde una visión campesina y rural. También rescatan la tradición religiosa de los pueblos, donde se le pide a Dios y la Virgen que resguarde la tierra, sus habitantes y envíe prosperidad.
Los versos aprendidos de memoria, siendo transmitidos de generación en generación, pues la mayoría de los cantores aprenden este oficio de sus padres y abuelos. Lo mismo sucede con los acompañamientos en guitarra, ya que son técnicas que están enraizadas en la tradición de un territorio en particular y que son transmitidas de manera oral entre maestro y discípulo. De este modo, los cantores a lo humano y lo divino recogen un legado histórico que puede perderse, sino se resguarda correctamente.
Autora: Lilian Meneses Plaza. Directora Proyectos Culturales y Patrimoniales ONG Matices Sociales.
Agradecimientos a: Servicio País Cultura Nogales y Agrupación Cultural Voce Eternam de El Melón.